Psicología


Desde hace un tiempo, la palabra bienestar resuena en nuestras cabezas y nos lleva a pensar en el cuidado del aspecto, de la alimentación, la realización de ejercicio, el descanso óptimo, etc. Pero en muchas ocasiones no caemos en la cuenta de que, nuestro bienestar también depende del cuidado emocional y la salud mental, que a menudo dejamos de lado o lo asociamos únicamente a la enfermedad.

Actualmente, en nuestro día a día nos enfrentamos de manera constante a situaciones que nos pueden generar incertidumbre, frustración, ansiedad, exceso de autoexigencia personal o social, necesidad de adaptación a nuevas situaciones, etc. Esto influye en nuestro estado de ánimo, y repercute a su vez en nuestro entorno (familia, amigos, pareja, trabajo, etc.), afectando por tanto a la salud física y mental. Por ello, trabajar en la adquisición de herramientas, estrategias adecuadas y eficaces para hacerles frente, se convierte en algo imprescindible.

“Si te enfocas en tus problemas, los atraerás. Si te enfocas en la solución, la crearás”

Dik Browne

Áreas de intervención

Ansiedad, fobias, traumas no resueltos, duelos, dificultad de adaptación a sucesos vitales, problemas relacionales o comunicación personal, entre otros.

Ansiedad, angustia, fobias, gestión de problemas y emociones, labilidad emocional, traumas no resueltos, habilidades sociales, duelos, toma de decisiones, dificultad de adaptación a sucesos vitales, entre otros.

Conductas disruptivas, dificultades escolares, ansiedad, alteraciones del sueño, etc.

Mis redes sociales

El propósito final de este proceso de intervención es que el paciente, de manera autónoma y progresiva, vaya integrando diferentes recursos y hábitos para enfrentar las dificultades de una manera más adaptativa y sencilla, una vez integrados todos los cambios que se han ido trabajando a lo largo de las diferentes sesiones.

Dentro de la psicología, y más concretamente de la psicoterapia, existen diferentes maneras de abordar los problemas. Nosotros trabajaremos desde un enfoque sistémico breve centrado en soluciones, que consiste en poner el foco y toda nuestra energía en la solución del problema, concretando la demanda del paciente y la creación estratégica de un proyecto en común para solventarlo. De esta manera, fomentamos un tipo de conversación que pone su punto de mira en el futuro (donde está la solución) y no en el pasado (donde se quedó el problema).  

Otro de los métodos del que se obtienen grandes resultados y que podemos trabajar, es la terapia de Desensibilización y Reprocesamiento mediante Movimientos Oculares (EMDR, eye movement desensitization and reprocessing). Este tipo de abordaje, trabaja sobre el sistema de procesamiento de información innato del paciente, bloqueado por diversos motivos ( muertes cercanas, abusos psicológicos, emocionales, físicos o sexuales, etc.) que comienza por generar en el paciente una sintomatología y cierta activación fisiológica muy desagradable, y que le impide llevar una rutina libre de estos problemas.

Estos dos tipos de terapias, junto con la terapia cognitivo-conductual, basada en analizar tres aspectos que forman parte de toda persona: la conducta (lo que hacemos), la cognición (lo que pensamos) y las emociones (lo que sentimos), nos aportarán las técnicas y herramientas necesarias para hacer frente a las diferentes cuestiones por las que el paciente ha decidido acudir a consulta y conseguir finalmente su bienestar.